La excelencia es un arte que se gana con esfuerzo y dedicación. No actuamos correctamente porque tengamos virtud o excelencia, sino que las tenemos porque hemos actuado correctamente.
Aristóteles

¿La experticia depende del reconocimiento de otras personas?
Sabemos que Kepler era un astrónomo experto y que Leonardo Da Vinci destacó en anatomía. En su tiempo, nadie sabía más sobre mecánica celeste que Kepler. Nadie sabía más tampoco de anatomía humana que Da Vinci. Sin embargo, si estuvieran en un aula típica de secundaria del siglo XXI, serían las personas con menos conocimiento sobre objetos astronómicos y anatomía humana. ¿Significa esto que las personas que te rodean determinan si eres un experto? No lo creo.
Aunque a veces parezca lo contrario, la experticia, aunque relativa en cierto sentido, es tan real como los árboles y las montañas. Además, pensar lo contrario puede llevar a problemas significativos como el relativismo, el fraude y un mundo sin reglas.
Algunos problemas con la idea de que la experticia depende de ser reconocido como tal por otras personas
La idea de que la experticia depende de ser reconocido por otras personas, especialmente otros expertos, es una visión popular dentro y fuera de la academia (Collins & Evans, 2007; Quast, 2018; Turner, 2013).
Sin duda, la experticia es social en el sentido de que las “señales” de experticia suelen manifestarse en forma de títulos, licencias médicas y el reconocimiento de otras personas. Sin embargo, este evidente aspecto social no es esencial para ser un experto.
Pensar que la experticia se reduce al reconocimiento social nos llevaría a sinsentidos como los siguientes:
Fama vs. Realidad: ¿Reconocimiento igual a experticia?
En primer lugar, el reconocimiento social no es necesario ni suficiente para ser un experto. Por ejemplo, un entusiasta de la historia de Roma que ha estudiado todos los libros que han pasado por sus manos sigue siendo un experto en historia de Roma a pesar de que no lo reconozcan como tal.
El reconocimiento social tampoco basta para ser un experto. Algunas personas fueron consideradas socialmente como expertos, pero luego descubrimos que llevaban a cabo prácticas fraudulentas. El médico Andrew Wakefield, por ejemplo, fue temporalmente reconocido como un experto por sus colegas, pero realizó investigaciones fraudulentas sobre vacunas y autismo. Hasta el día de hoy, sigue muy extendida la creencia conspirativa de que las vacunas causan autismo. El resultado ha sido la proliferación de enfermedades que ya habían sido ampliamente controladas, como el sarampión y la tos ferina. Todo esto, a pesar de numerosos estudios que demuestran la efectividad de las vacunas.
El caos del relativismo: ¿Todos son expertos?
El segundo problema es que, si la experticia fuera solo una cuestión de reconocimiento social, caeríamos en un desorden total donde todo y nada sería verdad. Tendríamos que afirmar que una persona es experta y no es experta al mismo tiempo.
Por ejemplo, las personas expertas en Feng Shui serían expertas y no expertas al mismo tiempo. Esto se debe a que muchas personas piensan que quienes se dedican al Feng Shui son expertos genuinos, mientras que otro tanto piensa que no son expertos, sino pseudoexpertos.
Este relativismo inconsistente, a su vez, llevaría al caos profesional, prácticas fraudulentas y la proliferación de la pseudociencia. Si la experticia realmente dependiera de las creencias que otras personas tienen sobre nosotros, entonces estaría sujeta a nuestra voluntad, por lo que podríamos hacer que la experticia existiera cuando y donde quisiéramos.
Este tipo de relativismo sobre la experticia también podría llevar a malas prácticas sociales. Las personas podrían acumular ilegítimamente poder sobre diversas instituciones sociales responsables de la economía, la salud y la educación, simplemente porque pueden hacer que otros crean que son expertos en lo que hacen. Esto destrozaría la fe de la gente en las instituciones y en los verdaderos expertos. Asimismo, causaría un aumento en las tasas de enfermedades, inestabilidad económica, bajo rendimiento académico y otros problemas.
Ser reconocido como experto no te convierte en un experto
Un tercer desafío es que pertenecer a una comunidad no basta para poseer experticia. Wakefield pertenecía a la comunidad médica, pero no era ni es un experto en la relación entre vacunas y autismo. Su membresía profesional no fue suficiente para convertir a Wakefield en un experto.
De manera similar, Alfred Wegener no pertenecía a la comunidad de expertos en geología y geofísica, pero aun así era un experto en la deriva continental. Su exclusión del círculo de geólogos no fue suficiente para convertir a Wegener en un no experto.
¿Expertos en ser expertos? El reconocimiento no lo explica todo
Un problema final es que, si aceptamos que la experticia es una cuestión de reconocimiento social, entonces el hecho de que seamos expertos depende de lo que otras personas piensen de nosotros o del grupo social al que pertenezcamos. Pero aquí surge el dilema: ¿Son expertos en experticia aquellos que sostienen esta idea? Según su propia lógica, lo son, porque basta con que se consideren a sí mismos expertos para serlo. Pero ¿qué pasa con aquellos que no están de acuerdo con ellos? Según la visión social, aquellos que no están de acuerdo con ellos los convierten en no expertos.
Más allá de las opiniones: La verdadera esencia de la experticia
Ahora que vemos que la experticia no se trata de lo que otros piensen de nosotros, podemos buscar qué significa ser experto de verdad. ¿Puede una persona ser experta en una isla desierta? Si esto es posible, ¿en qué consiste precisamente la experticia?
Estas preguntas deben ser más fáciles de responder ahora que sabemos que la experticia es algo que va más allá de lo que otras personas consideran experticia o no.
Referencias
Collins, H., & Evans, R. (2019). Rethinking expertise. University of Chicago Press.
Quast, C. (2018). Expertise: A practical explication. Topoi, 37(1), 11–27. https://doi.org/10.1007/s11245-016-9413-6
Turner, S. P. (2013). The politics of expertise. Routledge.
PARA SABER MÁS:
https://1000wordphilosophy.com/2018/10/25/expertise/
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