Filosofía experimental: analizando la mente de los filósofos

La cultura determina cómo piensas

Diferencias culturales en la forma de pensar

A finales del siglo pasado, psicólogos como Chiu Liang-Hwang y Richard Nisbett llevaron a cabo una serie de experimentos para analizar cómo influye la cultura en la manera de pensar. Descubrieron que las personas de Oriente y Occidente procesan la información de manera diferente.

En uno de sus estudios, Chiu mostró imágenes de una vaca, un pollo y pasto a niños de primaria estadounidenses y chinos. Los niños estadounidenses tendían a clasificar los objetos en categorías abstractas, mientras que los niños chinos prestaban más atención a las relaciones entre los objetos. Para los niños orientales, el contexto y las conexiones eran más importantes que los objetos individuales.

¿Agrupar por categorías o por relaciones?

Los niños occidentales, en este caso los estadounidenses, agrupaban la vaca y el pollo porque ambos son animales. En cambio, los niños chinos agrupaban la vaca y el pasto porque la vaca se alimenta de él.

Otro experimento de Nisbett y sus colegas mostró que los adultos también presentan estas diferencias culturales. En una prueba, se les mostraron videos de escenas submarinas con peces, algas y otros elementos acuáticos. Luego, se les pidió describir lo que habían visto. Los estadounidenses centraron su atención en los peces, mientras que los japoneses enfocaron su descripción en el fondo, las plantas acuáticas y el entorno general.

El impacto filosófico de estas diferencias

Estos hallazgos reflejan dos formas distintas de entender el mundo. Los occidentales, influenciados por el pensamiento de Aristóteles y Descartes, tienden a ser más analíticos. En cambio, los orientales, influenciados por pensadores como Confucio y Lao Tsé, suelen tener una visión más holística.

Estos estudios son importantes porque revelan cómo categorizamos la realidad y en qué nos diferenciamos según nuestra cultura.

¿Qué tiene que ver esto con la filosofía?

Nace la filosofía experimental

Inspirándose en estos experimentos, un grupo de filósofos como Jonathan Weinberg y Stephen Nichols decidió analizar cómo las personas interpretan conceptos filosóficos fundamentales, como la moralidad, la libertad y el conocimiento.

Intuiciones filosóficas y diferencias culturales

En un experimento, estos filósofos presentaron a los participantes una historia hipotética y les pidieron que aplicaran un concepto filosófico de manera inmediata, basándose en su intuición.

Por ejemplo, se les preguntó: ¿Qué harías en el siguiente caso?

Un tren descarrilado se dirige hacia cinco personas que un maníaco ató a las vías. Tienes la posibilidad de jalar una palanca y desviar el tren. Si lo haces, el tren matará solo a una persona en lugar de cinco.

Los filósofos experimentales encontraron una gran diferencia entre lo que los filósofos consideraban la mejor opción y lo que pensaban las personas comunes. También descubrieron que había discrepancias significativas entre los propios filósofos, lo que indicaba que no existía un consenso claro sobre muchas cuestiones filosóficas.

El debate en la filosofía experimental

El “team” positivo contra el “team” negativo

El debate en la filosofía experimental ha dado lugar a dos posturas principales: el programa negativo y el programa positivo.

El programa negativo: escepticismo sobre la experticia filosófica

Los filósofos del programa negativo son escépticos respecto a la existencia de experticia en filosofía. Argumentan que si los filósofos fueran realmente expertos, sus respuestas a los experimentos mentales deberían ser consistentes. Sin embargo, la variabilidad en sus intuiciones sugiere que no tienen un conocimiento superior sobre los conceptos filosóficos.

El programa positivo: la filosofía sigue siendo crucial

Por otro lado, el programa positivo sostiene que la variabilidad en las intuiciones filosóficas no es tan grande como parece. Según sus defensores, las diferencias detectadas en los experimentos se deben, en gran parte, a errores metodológicos. Argumentan que los filósofos sí tienen un conocimiento especializado y que la diversidad de opiniones es parte natural de la disciplina.

Los miembros del programa positivo consideran la filosofía experimental como una aplicación de la psicología cognitiva a la filosofía, lo que puede ayudar a comprender mejor el pensamiento filosófico.

El papel de la psicología en la filosofía

¿Los filósofos también caen en sesgos cognitivos?

Más allá de quién tenga la razón, lo interesante de la filosofía experimental es que funciona como una especie de “psicología de la filosofía”. Sus estudios han revelado que los filósofos, al igual que cualquier otra persona, pueden caer en sesgos cognitivos. Es decir, sus respuestas pueden estar influenciadas por el contexto, la forma en que se presentan los problemas o incluso su propia personalidad.

Si los filósofos fueran perfectamente racionales, esto no debería ocurrir. Sin embargo, la psicología ha demostrado que ni siquiera los expertos en estadística, medicina o psicología son inmunes a estos sesgos. De hecho, los sesgos cognitivos parecen ser una parte intrínseca de la naturaleza humana.

¿Cómo puede la psicología transformar la filosofía?

El debate sigue abierto, pero lo que es innegable es que la psicología cognitiva puede aportar mucho a la filosofía. Los descubrimientos psicológicos sobre cómo los filósofos razonan y conceptualizan el mundo pueden ayudar a mejorar la disciplina filosófica.

Así como la física ha guiado a los filósofos en sus investigaciones sobre el tiempo y el espacio, la psicología puede ayudar a comprender los límites y fortalezas del pensamiento filosófico.

Tal vez los filósofos no sean tan lógicos como tradicionalmente se ha pensado. Sin embargo, tampoco son tan irracionales como sugiere el programa negativo. Quizás la psicología nos ayude a entender por qué nos interesa la filosofía en primer lugar y cómo mejorar su enseñanza para evitar sesgos cognitivos.

Conclusión: hacia una filosofía más consciente de sus propias limitaciones

No hay duda de que la investigación interdisciplinaria entre filosofía y psicología tiene un enorme potencial. Examinar la mente de los filósofos desde una perspectiva psicológica podría abrir una nueva visión sobre la naturaleza del pensamiento filosófico y su impacto en nuestra comprensión del mundo.

Referencias

Oliveira, S., & Nisbett, R. E. (2017). Culture changes how we think about thinking: From “human inference” to “geography of thought.” Perspectives on Psychological Science, 12(5), 782-790. https://doi.org/[Número de DOI si está disponible]

Chiu, L. H. (1972). A cross-cultural comparison of cognitive styles in Chinese and American children. International Journal of Psychology, 7(4), 235-242. https://doi.org/[Número de DOI si está disponible]

Nichols, S., Stich, S., & Weinberg, J. (2003). Metaskepticism: Meditations in ethno-epistemology. En L. M. Antony & N. Hornstein (Eds.), The skeptics (pp. 227-247). MIT Press.

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